Llega la Navidad y como cada año,
con ella de la mano, la tradición de los mercadillos navideños en toda Europa.
Como las luces de las calles, los turrones o los juguetes, los mercadillos
tienen uno de sus momentos culminantes del año con la Navidad. Bien es
cierto que es una tradición más típica de países del centro de Europa, como
Alemania, Flandes o Austria, donde el mercadillo navideño es casi algo místico.
Aún así, si uno quiere disfrutar de ellos puede hacerlo sin salir de España.
Sin ir más lejos, la Plaza Mayor de Madrid
acoge cada año desde principios de diciembre un mercado donde siempre encontrar
un detalle con el que completar el Belén. El marco es inmejorable, y decir
Plaza Mayor es sinónimo de Navidad en estas fechas. Además, tampoco faltan los
típicos artículos de broma, pelucas y demás para el día de los Santos Inocentes
que dan ese aire festivo a las fechas. Barcelona también
ofrece en su plaza de la
Catedral , en el barrio Gótico, su mercado navideño, donde ir
a buscar todo lo imprescindible para un Belén. Pero sin lugar a dudas aquí lo
tradicional es hacerse con el famoso ‘caganer’, figura que nunca debe faltar en
un Belén catalán y que le da ese toque de ‘distinción’.
Ahora, si lo que
uno quiere es ver mercadillos navideños de cuento, está claro que no queda otra
que viajar al centro de Europa o a los países nórdicos. En Alemania el abanico
es muy amplio, destacando el de Colonia, con el de Am Dom, en la plaza de la
catedral, o el de Dresden, donde el Strizelmarkt (en la plaza de Altmarkt) está
considerado el más antiguo de Europa y destaca presidiendo su gran pirámide y
el enorme árbol de Navidad. Tampoco se pueden pasar por alto los de Múnich,
donde el más importante es el que se pone en un escenario único como la Marienplatz , o el de
Berlín, con un aire más moderno. En todos ellos, además, no puede faltar para
tomar el clásico vino caliente que ayuda a entrar bien en calor en estas
fechas.
También ofrecen lo
mejor en mercadillos navideños el país vecino de Alemania, Austria, donde
destacan el de Viena, con su tradicional Christkindlmarket, uno de los grandes
clásicos en el Viejo Continente, o el de Salzburgo, con sus bolas para decorar
el árbol que son auténticas obras de arte en si mismas. La tradición del
mercado navideño también está muy arraigada en los países nórdicos, destacando
allí el de Copenhague, situado en el parque de atracciones Tivoli y que, por si
fuera poco, deja respirar una ambientación de cuento que parece sacada de los
cuentos del escritor Hans Christian Andersen.
Después de recorrer tantos mercadillos, qué mejor que un café caliente, y
en cualquier parte del mundo, siempre nos vendrá bien degustar las novedades
que nos ofrece Starbucks, que celebra la Navidad. Las tiendas lucen estos días sus mejores adornos
navideños, los baristas visten de rojo, vuelve el esperado café en grano
Christmas Blend Espresso Roast, con su característico envoltorio rojo brillante
y podremos disfrutar de diferentes cafés como el Mocca
Pralinés y el Toffee Nut
Latte. Además, como novedad este año ofrecen el Orange Mocca, bebida navideña por
excelencia que combina el sabor del praliné con el típico sabor a naranja. ¿Te
lo vas a perder?
0 comentarios:
Publicar un comentario