Para acabar el mes de julio con ese punto necesario de dulzor para las vacaciones, nada mejor que apostar por uno de los postres imprescindibles ya en cualquier carta como es la tarta de queso, que hoy celebra su Día Mundial.
Otra tarta de queso cremosa es la de Carbón Negro (c/ Juan Bravo, 37) o la de Asgaya (Doctor Fleming, 52), realizada a base de quesos de la zona (fresco y cabrales) que se presenta al comensal casi rota, mientras que en La Madreña (Paseo de la Castellana, 78) opta por una 'cheesecake' realizada a base de queso cremoso de los profundos valles de la cordillera cantábrica.
Pero si hay una tarta de queso con sello de identidad, ésa es la de Cañadío, que en Madrid se puede degustar en La Maruca (c/Velázquez, 54). Gran parte de su secreto radica en el queso fresco, untuoso y suave que se utiliza en su preparación y en los tiempos de cocinado.
Por su parte, en Aitatxu (c/Claudio Coello, 122) apuesta por presentar una cocina de sabores nítidos, juegos de texturas y multitud de matices con una tarta de queso decostruida con un toque de curry.
Quien busque una tarta de queso más internacional puede acercarse a la trattoria Da Luca (c/Prim, 7) o a UMO (Paseo de la Castellana, 43) con la clásica japonesa, suflada y esponjosa con parmesano rallado o al cantonés Hong Kong 70 (c/Toledo, 28), donde degustar una 'cheescake' a base de té verde matcha.
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