Roma es la ‘Ciudad Eterna’, calificativo que no puede ser más idóneo para abarcar lo que representa la capital de Italia. De capital del Imperio al que dio nombre pasando por la sede de los Papas, la ciudad situada a orillas del Tiber es un auténtico museo al aire libre a través del cual hacer un recorrido por sus tres milenios de historia. El Coliseo, el foro romano, las catacumbas, el Vaticano, pasear por sus calles y sentirte como si estuvieras en una película de Federico Fellini, son cosas que cualquiera de los millones de turistas que viajan cada año a la ciudad no pueden dejar de hacer, pero el objetivo de este particular recorrido es rescatar de esas infinitas posibilidades que ofrece Roma diez ‘especiales’. Bueno, igual podemos dejarlo en once ya que tampoco puede faltar el acudir a la maravillosa Fontana de Trevi y lanzar una moneda, ya que así te asegurar volver a la ciudad.
En este caso tenemos varias opciones para elegir, aunque
es recomendable probar varias de ellas ya que ninguna decepcionará. Podemos
empezar por el Gianicolo, donde se pueden disfrutar de unas vistas impresionante
a través de un paseo por la colina. Sin necesidad de alejarse del corazón de la
ciudad, el Quirinal, que ofrece también una panorámica hacia el Vaticano única,
y la Colina del Pincio, sobre la Piazza del Popolo, son dos apuestas seguras.
Pero si tuviera que quedarme con dos lugares para ver Roma a vista de pájaro, esos serían el Castel Sant’Angelo y la cima de la cúpula de San Pedro. Desde su terraza, la antigua fortaleza de los Papas ofrece una panorámica única desde su terraza superior con vistas al Tíber, al Vaticano, a toda la ciudad y con el fabuloso Puente de Sant’Angelo a los pies. Por su parte, el disfrutar de las vistas desde la cúpula de San Pedro tiene su precio, los más de 500 escalones hasta allí. Sin embargo, el premio está garantizado al llevar arriba y vislumbrar el Vaticano y sus jardines desde lo más alto.
Pero si tuviera que quedarme con dos lugares para ver Roma a vista de pájaro, esos serían el Castel Sant’Angelo y la cima de la cúpula de San Pedro. Desde su terraza, la antigua fortaleza de los Papas ofrece una panorámica única desde su terraza superior con vistas al Tíber, al Vaticano, a toda la ciudad y con el fabuloso Puente de Sant’Angelo a los pies. Por su parte, el disfrutar de las vistas desde la cúpula de San Pedro tiene su precio, los más de 500 escalones hasta allí. Sin embargo, el premio está garantizado al llevar arriba y vislumbrar el Vaticano y sus jardines desde lo más alto.
2. ¿El mejor café del mundo? Sin duda ese lugar está en Roma.
En esto puede que haya voces discordantes, pero en Roma es
posible tomar el mejor café del mundo. Para ello solo es necesario ir al Café
Sant’Eustachio, situado en la Plaza de Sant’Eustachio, a medio camino entre la
Piazza Navona y el Panteón. Desde un espresso cremoso y doble a un capuccino delicioso,
uno puede vivir una experiencia única además a un precio más que asequible.
Además, por más que uno lo intente, es imposible ver cómo los dependientes
preparan los cafés, lo que garantiza para este local el secreto del mejor café
del mundo.
3. Ver Roma a pie de tierra desde la plaza del
Panteón.
El Panteón pasa por ser uno de los lugares más fastuosos
de Roma y, posiblemente del mundo. El edificio más antiguo mejor conservado de
la ciudad, es un monumento auténtico a la arquitectura con sus 44 metros de
altura y su hueco circular de nueve metros por el que entra la luz natural. Pero
si uno quiere ser consciente del ajetreo de la vida romana y turística, lo mejor
que puede hacer es sentarse en los alrededores de su plaza (bien en una terraza
o en su fuente central) y disfrutar del paso del tiempo y de gente.
Dejarse caer a última hora del día por el barrio del
Trastevere es una cita obligada si se va a Roma. Sus calles estrechas y laberínticas
repletas de tabernas tradicionales son el lugar para finalizar una dura jornada de turista para por fin encontrar el verdadero encanto y sentido a la Ciudad Eterna.
La vida del barrio se concentra alrededor de la Piazza di Santa Maria in Trastevere (una visita también obligada). Pero si lo que uno quiere es hacer vida de romano puede optar a última hora de la tarde por probar el aperitivo. Para ello, uno de los mejores sitios de la ciudad es el Freni e Frizioni, en pleno corazón del Trastevere (Via del Politeama 4), donde pagando la bebida (recomendable el clásico Spritz –un cóctel muy italiano a base de Aperol, vino blanco espumoso y soda) puede comer todo lo que quiera de un buffet de pasta, arroces, fruta y ensaladas.
La vida del barrio se concentra alrededor de la Piazza di Santa Maria in Trastevere (una visita también obligada). Pero si lo que uno quiere es hacer vida de romano puede optar a última hora de la tarde por probar el aperitivo. Para ello, uno de los mejores sitios de la ciudad es el Freni e Frizioni, en pleno corazón del Trastevere (Via del Politeama 4), donde pagando la bebida (recomendable el clásico Spritz –un cóctel muy italiano a base de Aperol, vino blanco espumoso y soda) puede comer todo lo que quiera de un buffet de pasta, arroces, fruta y ensaladas.
5. Imitar a Gregory Peck en la Boca de la Verdad.
Y qué sería una visita a esta ciudad sin la película 'Vacaciones en Roma'. Gregory Peck y Audrey Hepburn nos ofrece un bellísimo recorrido por la ciudad y a ¿quién no le gustaría imitar al protagonista en la Boca de la Verdad? Para ello es necesario desplazarse hasta la iglesia de
Santa María in Cosmedin. En su exterior se encuentra esta máscara de mármol de
fama mundial por la película ‘Vacaciones en Roma’ –buena prueba de ello es las
colas que suele haber para hacerse la foto-. Con un diámetro de 1,75 metros, la
escultura, dedicada al Dios del Mar, cuenta la leyenda que mordía la mano de
todo aquel que mentía.