Que Londres está de moda, es algo que está más que claro con los Juegos Olímpicos que albergará la 'City' desde este viernes, en la que será la tercera cita olímpica de la capital inglesa. Sin embargo, ¿alguien puede dudar de que Londres no está de moda siempre?
Para los despistados/as a los que no les guste el deporte y hayan acabado, sin caer en la cuenta, en la ciudad del Támesis este verano, vamos a sugerir un recorrido alternativo con el que tratar (algo seguramente casi imposible) de esquivar ese espíritu olímpico o con el que completar a los Gasol, Kobe Bryant, Bolt, Phelps, y demás estrellas del deporte mundial.
Nuestro guía particular va a ser un ilustre londinense como Sherlock Holmes, que nos mostrará su mundo (bueno, más bien el que salió a finales del siglo XIX de la pluma de sir Arthur Conan Doyle), junto a su inseparable doctor Watson. Sin embargo, no sabemos qué estilo 'british' nos gusta más si la cinematográfica de Robert Downey Jr.-Jude Law o la televisiva de Benedict Cumberbatch-Martin Freeman, ¿alguna preferencia?
Aunque sí trataremos de evitar a lo largo de este caminar usar el ‘Elemental, querido Watson’, frase que se asocia sin parar a Holmes, pero que éste nunca utilizó en los relatos de Conan Doyle (a lo máximo algún ‘¡Elemental!').
Esta ruta solo puede empezar por un lugar, por la emblemática Baker Street, donde en su número 221b vivió Sherlock Holmes (aunque en realidad esta casa no existió nunca, pero no estamos aquí para romper el encanto, y el Gobierno británico le permite mantener ese numero aunque en realidad le correspondería el 239 de la calle).
Allí se encuentra el Museo Sherlock Holmes, donde cada habitación con su aire victoriano nos sumerge en la época del detective. Además no falta ni la pipa, el violín o su típico sombrero, que se puede poner de moda, y uno no echa en falta ni a la fabulosa señora Hudson, siempre atenta para que todo esté perfecto. Así, una vez armados de pipa, lupa y papel es hora de arrancar hacia Park Plaza Sherlock Holmes Hotel, donde el Dr. Watson bar del hotel puede ser el lugar ideal para desayunar.
De allí, podemos continuar hacia el 2 de Devonshire Place, donde Conan Doyle tenía su consulta y, previsiblemente, se inspiraba para poner en papel las aventuras de su Sherlock Holmes. El camino nos puede llevar a Welbeck Street, su número 15, donde el malvado profesor Moriarty quiso poner fin con la vida del detective y al 2 de Upper Wimpole Street, antiguo hogar de Conan Doyle.
¿Pero que sería de Holmes sin su inseparable doctor Watson? Por ello nada mejor que visitar el número 9 de Queen Anne Street, donde vivía el ayudante del detective. La antigua sede de Scotland Yard (Whitehall Place, 4), a la que nuestro detective tantas veces sacó las castañas del fuego, también es de visita obligada.
De allí ir a la estación de Charing Cross, escenario de varias de las aventuras de Holmes y, posteriormente, al Adelphi Theatre (409-412 de Strand), donde Conan Doyle estrenó en 1910 el que consideraba su mejor relato sobre el detective, ‘La banda de lunares’. Podemos concluir nuestra ruta en el legendario Pub The Sherlock Holmes (10-11 Northumberland Street, Westminster) donde, acompañados de un buen whisky o una pinta de cerveza, contemplar una de las colecciones más importantes sobre el personaje.
Aunque a lo mejor estamos obligados a hacer más de una parada en nuestro recorrido y aprovechar algún pub abierto para tomarnos una pinta y unos típicos 'fish and chips', a lo mejor en algunos de sus numerosos y variados escenarios en vez de encontrarnos con un misterioso caso por resolver, nos chocamos con un Michael Phelps, Pau Gasol, Kobe Bryant, Usaint Bolt descubriendo los encantos de la City.
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