Cuando se conmemora este año el IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, nada mejor que rememorar al ‘Príncipe de los Ingenios’ que con un paseo por el Madrid de su época. Para ello, la opción es un paseo por el Barrio de las Letras, escenario durante el siglo XVI de las amistades y afrentas de las más grandes plumas del castellano en el Siglo de Oro de nuestras letras: desde al propio Cervantes, pasando por Lope de Vega o los rivales Góngora y Quevedo.
Se puede empezar por el Monasterio de las Trinitarias Descalzas (C/ Lope de Vega, 18), en cuya cripta se hallaron en 2015 los restos de Cervantes, uno de los más ilustres vecinos del Barrio de las Letras. El escritor siempre estuvo ligado a los monjes trinitarios, que en 1580 reunieron el rescate necesario para que dejara su cautiverio en Argel, y, por ello, expresó su deseo de que sus restos mortales descansaran en la iglesia del convento junto a los de su esposa Catalina de Salazar.
Otro punto donde seguir los pasos de Cervantes es la Imprenta de Juan de la Cuesta (C/ Atocha, 87), edificio en el que se imprimió, en 1607, la primera edición de la obra cumbre de la literatura española, ‘El Quijote’. Actualmente es la sede de la Sociedad Cervantina.
Seguir los pasos del escritor es posible también visitando el nº 18 de la calle Huertas, que desde 1827 alberga la castiza taberna Casa Alberto, se encuentra el edificio en el que Cervantes vivió y escribió, entre otras obras, la segunda parte del Quijote y ‘Los trabajos de Persiles y Sigismunda’. El escritor también viviría, años más tarde, en el número 2 de la calle de los Francos, calle que actualmente lleva su nombre.
Pero también es posible seguir los pasos de Cervantes por Madrid a través de los distintos monumentos en la ciudad en memoria del escritor. Se puede empezar por la Plaza de España, donde se encuentra la fuente en honor al Príncipe de los Ingenios que fue promovida por Alfonso XIII en 1916 con motivo del tercer centenario de la publicación de la segunda parte de su obra cumbre.
En la Plaza de las Cortes también se encuentra una estatua que rinde homenaje al escritor. En 2009, debido a unas obras de restauración, se encontró una cápsula del tiempo de la que no se tenía noticia y que albergaba más de 40 documento, entre los que figuraban diversas ediciones del Quijote y una biografía de Cervantes escrita en el siglo XIX.
Si te quedas con ganas de rematar esta experiencia cervantina, a 30 kilómetros de Madrid está Alcalá de Henares, la ciudad natal del escritor, donde se puede visitar su casa museo y la sede histórica de la Universidad Complutense, el Colegio Mayor de San Ildefonso. Su paraninfo acoge cada 23 de abril, Día Internacional del Libro, la entrega del Premio Cervantes, máximo galardón de las letras hispanas. Además, Alcalá de Henares es una ciudad perfecta para tapear y disfrutar de sus templos culinarios.
Después de seguir los pasos de Cervantes por Madrid, nada mejor que hacer un descanso en el Barrio de los Letras para degustar los platos del restaurante Laverónica (C/Moratín, 38), que hace un guiño en su carta al escritor español durante el mes de abril.
De esta forma, en su menú se incluyen una serie de 'platos invitados' inspirados en la gastronomía cervantina como son migas con trufa negra, setas y huevos, albondigones de pollo en salsa pepitoria, bacalao al ajo arriero y, de postre, una versión dulce y sofisticada de los 'duelos y quebrantos', un plato muy popular en los restaurantes manchegos y del que sin embargo no existe referencia antes de que Miguel de Cervantes lo mencionara en su libro. ¿Te vas a resistir?