¿Un menú para el fin del mundo?

martes, 18 de diciembre de 2012


El 21 de diciembre se acerca y según las premoniciones del calendario maya, el fin del mundo se avecina sobre nosotros, así que hay que aprovechar estos días para darse homenajes ¿no?  O si no, es una buena excusa para juntarse con amigos y descubrir uno de los nuevos rincones gastronómicos que nos ofrece la capital....

 
  
Y ¿qué mejor que celebrar esta especial semana que con un 'Menú del fin del mundo'? La renovada Taberna L'Obrador, que celebra este año su segundo aniversario, ha preparado un menú especial que se podrá consumir desde este lunes al próximo domingo.

  
Este restaurante madrileño, en el que se están dando cita desde futbolistas a lo más 'chic' de la sociedad madrielña, aprovecha estas semanas para presentar sus novedades y su nueva imagen con un nuevo menú.

Un menú, de 35 euros, que consta de varios platos para compartir como chips de verduras con langostinos en tempura o chipirones rellenos de txangurro, para elegir un segundo entre milhoja de lubina o entrecot de buey, con postre, café y bebidas.

Un local en la capital, que se sitúa a medio camino entre los bistro franceses, las trattorias italianas y las tabernas españolas, que lleva más de 20 años en el panorama gastronómico madrileño y que ha sido remozado de la mano de Paloma Carrasco, que recoge el testigo de Daniel Boute.

Situado en pleno casco antiguo de Madrid, en la calle Segovia, se ha convertido en un perfecto espacio para el afterwork con amigos o un lugar de celebraciones con la familia.

Un espacio innovador que cuenta con una barra de cócteles, una 'Gallery dinner' donde se puede cenar entre obras de arte y exposiciones de diferentes autores y cerrar la jornada en la 'Cava 17 Smoking Club', un espacio independiente que le convierte en un rincón clandestino en el centro de Madrid.  ¿No lo vas a descubrir?


Roma, Nueva York y Londres, ¿con cuál te quedas?

domingo, 4 de noviembre de 2012





Nueva York, Roma y Londres, tres grandes ciudades donde cada una ofrece multitud de secretos que descubrir, lugares desconocidos que sorprenden y que fascinan al visitante, ya sea la primera o la enésima vez que las visitas porque sabemos que ninguna se conoce a la perfección en la primera cita.

Tres ciudades que hemos descubierto también de una forma diferente de la mano del periodista Enric González, que nos ha desvelado sus lugares y escenarios preferidos, en los que ejerció de corresponsal, mostrándonos una imagen muy diferente de ellas.

                                                             

' Historias de Londres' (1999) abría la veda de esta serie de 'historias' donde nos invita a adentrarnos en una capital inglesa diferente, con marcados toques futbolísticos, no hay que olvidar que ésa es una de sus pasiones, pero también con historias sobre sus pubs y sus calles. Recorremos la City de su mano hasta conocer el sanguinario y diabólico barbero que vivía en Fleet Street, una calle más que recomendable para pasear.  



Y quizá una de las mejores opciones cuando uno se decanta por dar el salto y cruzar el Atlántico para recalar en la grandiosa 'Gran Manzana' sea leer 'Historias de Nueva York' (2006).

"Los forasteros en Nueva York somos reconocibles porque vamos por la calle mirando hacia el cielo con la boca abierta. A algunos se les pasa en unos días. Otros llevamos la nuca encajada entre los omóplatos durante meses", asegura el periodista en uno de sus pasajes.


¿Y no tiene razón? ¿No habéis sentido esa sensación al pasear por la Quinta Avenida o Park Avenue? ¿No nos encontramos como en un gigantesco plató de cine donde conocemos todo por lo que no nos resulta tan extraño? Es una ciudad conocida, pero que pisamos por primera vez...

Enric, sin embargo, no sólo te recomienda varios restaurantes a los que debería acudir con asiduidad, sino que además, nos revela cómo fue el crecimiento de esta gran ciudad -como hace explicando la construcción de uno de los edificios más bonitos neoyorkinos: el Flatiron- o te desvela los rincones de la mafia en Little Italy.

Una maravillosa guía de la ciudad y una forma de entender y conocer un Nueva York, que no por conocida nos brinda la capacidad de descubrir en cada visita alguno de sus secretos mejor guardados.

Cierra, por ahora, su visita por el mundo con 'Historias de Roma' (2010) . Para nosotros una de nuestras favoritas por el amor incondicional que profesamos a la 'Ciudad Eterna'. Siguiendo los consejos de Enric lo mejor es perderse por sus calles para acabar probando la pizza en 'Montecarlo'' o en 'Da Baffeto' y conocer la peculiar historia de las dos pizzerias, que está muy relacionada, aunque ahí no compartimos su opinión y nosotros nos decantamos por el 'bigote'.



Y cómo no seguir sus consejos y no buscar la Iglesia en la que ningún romano quiere casarse -Sant Eustachio-, donde, sin embargo, sí es más que apeticible el degustar su café tras realizar esta curiosa búsqueda por las estrechas vías romanas. "Ahora sí, se han ganado un gran caffé, el sensacionalmente cremoso café doble del Sant Eustachio. Sobre todo, no se confundan de café. El que está en la esquina, con un agradable aspecto antiguo, pertenece, dicen, a la Camorra napolitana. La policía lo cierra de vez en cuando, pero vuelve a abrir enseguida. Cosa de las influencias, supongo".

Pero no sólo es comer o beber, también nos llama la atención sobre lugares desconocidos para el turista habitual y nos desvela escenarios que no figuran en las guías como la 'Biblioteca Casanatense', situada en el número 52 de la Vía di San Ignazio.

En lo que claro que sí que compartimos de pleno con el periodista catalán es en nuestro gusto por San Luigi dei Francesi y las historias de Caravaggio, sin olvidar el Panteón... donde no hay nada mejor que dejarse llevar sentados en la fuente que está delante con un buen helado e imaginar cómo sería este increíble monumento en sus años de gloria ...

Así que tras recorrer las tres ciudades .... ¿Con cuál os quedáis? ¿Qué nos recomendáis que no nos perdamos de ellas? Ya sabéis que siempre se admiten ideas ...

El Londres de Sherlock Holmes, una alternativa 'chic' y misteriosa a los Juegos Olímpicos

jueves, 26 de julio de 2012







Que Londres está de moda, es algo que está más que claro con los Juegos Olímpicos que albergará la 'City' desde este viernes, en la que será la tercera cita olímpica de la capital inglesa. Sin embargo, ¿alguien puede dudar de que Londres no está de moda siempre?

Para los despistados/as a los que no les guste el deporte y hayan acabado, sin caer en la cuenta, en la ciudad del Támesis este verano, vamos a sugerir un recorrido alternativo con el que tratar (algo seguramente casi imposible) de esquivar ese espíritu olímpico o con el que completar a los Gasol, Kobe Bryant, Bolt, Phelps, y demás estrellas del deporte mundial.

Nuestro guía particular va a ser un ilustre londinense como Sherlock Holmes, que nos mostrará su mundo (bueno, más bien el que salió a finales del siglo XIX de la pluma de sir Arthur Conan Doyle), junto a su inseparable doctor Watson. Sin embargo, no sabemos qué estilo 'british' nos gusta más si la cinematográfica de Robert Downey Jr.-Jude Law o la televisiva de Benedict Cumberbatch-Martin Freeman, ¿alguna preferencia?



Aunque sí trataremos de evitar a lo largo de este caminar usar el ‘Elemental, querido Watson’, frase que se asocia sin parar a Holmes, pero que éste nunca utilizó en los relatos de Conan Doyle (a lo máximo algún ‘¡Elemental!').

Esta ruta solo puede empezar por un lugar, por la emblemática Baker Street, donde en su número 221b vivió Sherlock Holmes (aunque en realidad esta casa no existió nunca, pero no estamos aquí para romper el encanto, y el Gobierno británico le permite mantener ese numero aunque en realidad le correspondería el 239 de la calle).

Allí se encuentra el Museo Sherlock Holmes, donde cada habitación con su aire victoriano nos sumerge en la época del detective. Además no falta ni la pipa, el violín o su típico sombrero, que se puede poner de moda, y uno no echa en falta ni a la fabulosa señora Hudson, siempre atenta para que todo esté perfecto. Así, una vez armados de pipa, lupa y papel es hora de arrancar hacia Park Plaza Sherlock Holmes Hotel, donde el Dr. Watson bar del hotel puede ser el lugar ideal para desayunar.


De allí, podemos continuar hacia el 2 de Devonshire Place, donde Conan Doyle tenía su consulta y, previsiblemente, se inspiraba para poner en papel las aventuras de su Sherlock Holmes. El camino nos puede llevar a Welbeck Street, su número 15, donde el malvado profesor Moriarty quiso poner fin con la vida del detective y al 2 de Upper Wimpole Street, antiguo hogar de Conan Doyle.

¿Pero que sería de Holmes sin su inseparable doctor Watson? Por ello nada mejor que visitar el número 9 de Queen Anne Street, donde vivía el ayudante del detective. La antigua sede de Scotland Yard (Whitehall Place, 4), a la que nuestro detective tantas veces sacó las castañas del fuego, también es de visita obligada.

De allí ir a la estación de Charing Cross, escenario de varias de las aventuras de Holmes y, posteriormente, al Adelphi Theatre (409-412 de Strand), donde Conan Doyle estrenó en 1910 el que consideraba su mejor relato sobre el detective, ‘La banda de lunares’. Podemos concluir nuestra ruta en el legendario Pub The Sherlock Holmes (10-11 Northumberland Street, Westminster) donde, acompañados de un buen whisky o una pinta de cerveza, contemplar una de las colecciones más importantes sobre el personaje.



Aunque a lo mejor estamos obligados a hacer más de una parada en nuestro recorrido y aprovechar algún pub abierto para tomarnos una pinta y unos típicos 'fish and chips', a lo mejor en algunos de sus numerosos y variados escenarios en vez de encontrarnos con un misterioso caso por resolver, nos chocamos con un Michael Phelps, Pau Gasol, Kobe Bryant, Usaint Bolt descubriendo los encantos de la City.

Pamplona, siguiendo los pasos de Ernest Hemingway por San Fermín

martes, 3 de julio de 2012

 

Pasan los días y el 7 de julio se acerca para todos los navarros y para los millones de turistas que se darán cita en esa semana en Pamplona para honrar a San Fermín por las calles pamplonicas. El blanco y el rojo tomarán las calles para vivir una semana de fiesta, que ya se encargó de plasmar en los libros el estadounidense Ernest Hemingway, el ilustre escritor, cuyos pasos se pueden seguir por toda la ciudad y que disfrutó en Pamplona de hasta 8 Sanfermines aunque las malas lenguas aseguran que poco se acercó a los encierros y se pasaba más tiempo en su hotel y en la cafetería cerca al mismo....

Sin embargo, Hemingway fue el encargado de proclamar al mundo cómo se vive esta fiesta y miles de turistas, sobre todo sus compatriotas, no dudan en emular sus pasos visitando el bar Txoko, alojándose en el Hotel La Perla, obligada parada no sólo para visitar su o tomar algo en el Café Iruña, sus sitios imprescindibles en la coqueta plaza del Castillo.
 



Otro enclave que no se puede perder en Pamplona, y antes del 'chupinazo' inicial es la plaza del Ayuntamiento, bella y de visita obligada, pero mejor no hacerlo el día del inicio de las fiestas donde hay 5 personas por metro cuadrado y sí dejarse conquistar por su belleza en cualquier momento del día sin estar tan abarrotada para poder contemplarla en su totalidad.





De visita obligada la hornacina del patrón. San Fermín recibe estos días la visita de millones de turistas y es el encargado de 'proteger' a sus corredores en estos días, que no dudan primero en solicitar su bendición con el cántico de "A San Fermín pedimos/ por ser nuestro patrón/ nos guíe en el encierro/ dándonos su bendición. ¡Viva San Fermín!, ¡Gora San Fermín!" en la salida de los corrales.

Pamplona se prepara para el desfile de sus corredores y de los toros, protagonistas sin saberlo de los días más festivos. Luciendo sus prendas blancas y su fajín rojo, corredores y turistas se prepraran para ver o correr delante de los morlacos por la temida calle Estafeta, sobre todo en la peligrosa curva, en la bajada de Javier o en la de Telefónica...




Tras disfrutar, pasar nervios o sufrir... habrá gustos para todos... toca un buen desayuno por la zona y luego prepararse para irse de vinos... y qué mejor que acudir a las zonas de pintxos para degustar lo mejor de cada casa junto a un buen vino tinto o blanco para acompañar.... y a a hora de la cena... una buena recomendación: hacer un parada en el restaurante de Alex Múgica en el hotel La Perla para degustar lo mejor de la cocina navarra, de sus verduras en unas espectaculares presentaciones.

Una semana de fiesta que merece la pena vivir y disfrutar... ¿os lo váis a perder?
 
 

Bucarest o cómo disfrutar de una ciudad en la final de la Europa League

martes, 1 de mayo de 2012


Bucarest ha robado sin lugar a dudas el honor de ser la gran cita de este curso, a espera de la Eurocopa del próximo verano, para el fútbol español. Todos apostaban por Múnich, con FC Barcelona y Real Madrid como protagonistas de un nuevo (y no sabemos cuantos ya…) duelo del siglo. Pero al final han sido ‘leones’ (Athletic de Bilbao) e ‘indios’ (Atlético de Madrid) quienes se han llevado el gato al agua y harán de la capital de Rumanía cita obligada para el fútbol español con el título de la Europa League en juego.

Rodeada por el río Dambovita, está claro que Bucarest no es la ciudad más bonita de Europa, ni mucho menos y que los prejuicios de sus visitantes (ya sea el famoso tema de la superpoblación de perros callejeros o el estar cerca de la antigua morada del famoso Conde Drácula) puede echar un poco atrás como destino soñado.

Sin embargo, la ciudad puede ofrecer un buen ‘entrante’ para ese plato principal que será la final entre los de Marcelo Bielsa y Diego Simeone. Considerada la París del Este o Pequeño París a comienzos del siglo XX, hay que reconocer que, a pesar de no ser una comparación muy acertada, Bucarest ofrece interesantes recorridos por sus hermosas iglesias ortodoxas y cuidados jardines, como los Jardines Cismigiu, así como la Piata Revolutiei, donde el dictador Nicolas Ceaucescu pronunció su último discurso y que servirá, a buen seguro, para congregar a aficionados atléticos y bilbainos.

Otro lugar para no perderse de la ciudad es el barrio de Lipscani, el centro histórico de Bucarest y corazón de la ciudad medieval, que se organiza alrededor de la corte del príncipe, fundada por Vlad Tepes, el conocido como príncipe Drácula.

El barrio, además, es un ejemplo del esfuerzo de la ciudad por modernizarse, ya que está siendo rehabilitado y dejando poco a poco a punto sus bonitos edificios, como el Banco Nacional o sus iglesias ortodoxas (Biserica Studentilor un claro ejemplo), además de contar con un importante número de cafés y restaurantes, que siempre viene bien en estos casos.




Si lo que se busca es comer bien, cerca está la Caru cu Bere, la cervecería más antigua de la ciudad y toda una atracción turística, aunque a buen precio. Lo que ya será más complicada será que saber elegir en su carta, ya que los platos vienen en rumano. Te puede servir de ayuda saber que la ‘ciorba’ es lo que se conoce como una típica sopa rumana, el ‘mititei’ son unas salchichas pequeñas hechas con una carne picada muy especiada, o el ‘papricas’ un guiso propio de la región de Transilvania a base de carne de ternera o pollo con tomate y cebollas fritas, dicen que uno de los favoritos del Conde Drácula.




Por último, si a alguien le queda ganas de seguir disfrutando de Bucarest por la noche, seguro que al menos a los ganadores sí, la ciudad ofrece ambiente, especialmente con muchos estudiantes del programa europeo Erasmus que van allí como destino para completar sus estudios como principales animadores.

Las entradas a los locales y las copas tienen unos precios bastante económicos, siempre que uno evite el típico problema del timo a los turistas. Una de las discotecas más conocidas de la capital rumana es ‘Fire Club’ (Strada Gabroveni, 12), cerca de la Piata Unirij, una zona en la que además se encontrarán muchos locales con música, o el ‘Bar Fly (Ferdinand, 13) o el ‘Salsa’ (Strada Luterana 9-11) donde terminar de celebrar la fiesta o ahogar en alcohol (siempre con moderación) las penas.

Marrakech, la ciudad rosa

domingo, 25 de marzo de 2012


   Marrakech, la ciudad rosa, la perla del sur o la ciudad de las mil y una noches, así la califican, sabiendo de la magia que desprenden sus plazas y callejuelas escondidas en el zoco y es ahí donde curioseando entre puesto y puesto te invitan a una de las ceremonias más habituales en suelo marroquí: la del té.

   Y es que el té verde o de menta es toda una institución, así que si regateando en el zoco, el vendedor te ofrece uno no lo desprecies y vive una nueva aventura porque para la cultura bereber el té de menta es un signo de amistad y se ofrece como señal de tener una buena negociación.



 
Una experiencia única, sentados desde el Cafe France, situado en una esquina de Djema el Fnaa, aparece como el lugar ideal para descansar de un largo día de turismo por la ciudad y vislumbrar la plaza, los tejados marroquíes, las miles de parabólicas, mientras saboreas un té y ves cómo el cielo va tomando unas tonalidades rojizas, incomparables, que te llevan a revivir las mil y unas noches.



   No sólo el Café de France, muy cerca y en la misma plaza también puedes optar por Las terrasses de l'Alambra, o el Café Glacier, tres escenarios únicos para disfrutar de cómo los últimos rayos de sol caen sobre una plaza, que empieza a iluminarse al ritmo de cuentacuentos, sacamuelas o de tatuajes de henna.

   Sin embargo, en la ciudad rosa no te puedes perder la experiencia de tomar un té en una de las terrazas que dan a la plaza de Djema el Fnaa y disfrutar de un espectáculo único cuando el sol se empieza a esconder por detrás de la Koutubia y se escuchan los sonidos del 'adhan', llamando a la oración a los fieles, que acuden sin dilación a la mezquita más cercana.

    Mientras, cientos de puestos dan vida a una plaza preparada y diseñada para dar de comer y beber a los intrépidos que se atrevan a probar sus especialidades. El mejor escenario para disfrutar de todo ello es desde una de las terrazas de la plaza, en la altura, con una perspectiva clara de Djema el Fnaa y con un té sobre la mesa, se divisa la fiesta diaria de los que se dan cita en ella.

La Casa de Música, un toque moderno en Oporto

miércoles, 7 de marzo de 2012





La Casa de la Música de Oporto es una escultura urbana que sorprende a primera vista por su forma en prisma, con mucho vidrio y unos ángulos vertiginosos diseñada por el gabinete del holandés Rem Kolhaas, que hace de ella una auténtica ‘caja de música’ en pleno centro con tráfico de la ciudad.
Pero la Casa da Música, desde su rotundidad y vanguardismo, es, además de un edificio rompedor, un gran espacio para la música capaz de albergar a más de 1.300 personas en su interior a través del amplio abanico que ofrece su extenso programa a lo largo de todo el año.

Así, prácticamente cada día de los 365 del año cualquier portuense o turista que visite la ciudad puede acudir a la Casa da Música a disfrutar con un programa donde tiene cabida desde la música más clásica al jazz, folk o la de la propia tierra, el fado. Por ejemplo cuando yo estuve en Oporto había actuado esa misma noche todo un icono del punk como Nina Hagen en una velada que duró prácticamente toda la noche.




Dentro de la Casa da Música conviven multiespacios cuyo objetivo central es el llevar a la música a través de un proyecto educacional que abarca desde los más mayores a los más pequeños.
Sin lugar a dudas es un edificio que sorprende, con ese vidrio que tiene en contacto constantemente al interior con el exterior de la calle, sin lugar a dudas en una metáfora de ese estrechamiento a través de la música que quiere ser la Casa de la Música con la ciudad de Oporto.
Impresiona sin lugar a dudas su auditorio principal, una gran caja rectangular con una acústica casi perfecta con capacidad para más de 1.100 personas, que es sin lugar a dudas el diamante de esta caja más que mágica.


El recorrido por las siete plantas de la Casa de la Música de Oporto confirma sin lugar a dudas porque este edificio de hormigón se ha convertido en todo un icono de la ciudad.





Si tienes pensado ir a Oporto es una visita obligada aunque sea solamente por su arquitectura, y si tienes tiempo de sobra no dudes en pasarte por su web (http://www.casadamusica.com/) y buscar en su programa un gran concierto de música a precios muy asequibles. Un interesante alto en el camino antes de recorrer el Duero en barco o degustar alguno de los vinos en alguna de las bodegas que se encuentran a la ribera del río.

Un San Valentín en Verona, como Romeo y Julieta

martes, 7 de febrero de 2012

 
Llega San Valentín y si hay una ciudad que se vuelca con ese día es Verona, la bella ciudad italiana que recuerda el amor imposible de Romeo y Julieta, escrito por William Shakespeare, que está presente por cada recobeco de sus calles.

Una ciudad volcada con esa historia de amor y que potencia en estos días, porque a ¿quién no le gusta salir al balcón donde Julieta veía como Romeo le declaraba su amor? O hacerse una foto con la estatua de la bella Giulietta, que se deja tocar porque es señal de buena suerte, de regresar a Verona ....

¿Recomendable entrar en la casa de Giuletta? La verdad que sí, que la gran casa señorial merece una visita, además incluida va la entrada a la Tumba de Julieta, algo que si no da tiempo, recomendaríamos no entrar porque ni siquiera llegó a estar allí ...



Pero la casa de Julieta (via Capello, 21) y el balcón son el centro neurálgico de Verona, de la ruta de enamorados, que incluso puede casarse en el conocido balcón, mientras miles de turistas no paran de inmortalizarse o de colgar los candados, que de moda puso otro italiano como Federico Moccia, aunque recordemos que es una tradición de siglos que ya se hacía en la bella Florencia...



También se puede poner los mensajes de amor en las paredes, o pequeños papelitos o cartas, pidiendo a Julieta que interceda o aconseje para conseguir a ese amor imposible. Por que sí, porque como se podía disfrutar en la película 'Cartas a Julieta' existen decenas de Julietas dispuestas a ayudar y aconsejar... además, la sede, al lado de la casa.


Una vez disfrutado de la casa de Julieta, lugar donde Romeo se declaraba, la siguiente escala del viaje pasa a la tumba. Alejada del centro y cerca del Arena, una triste despedida, donde seguro que se encontrará a muchos turistas...

Pero Verona no sólo se merece una visita por esta historia de amor. Aprovechando San Valentín se puede visitar y disfrutar, sobre todo disfrutar... Porque pasear por la Piazza delle Erbe y disfrutar a última hora de la tarde de un Spritz y del típico aperitivo italiano es una de las cosas que no se puede perder....



Y al lado, la Piazza dei Signori, que te traslada a la Verona más medieval y un rincón encantador donde además se puede acceder a la entrada de la Torre Lamberti, de donde se puede admirar la ciudad al detalle y tener las mejores vistas de la ciudad.


Al igual que perderse por la noche a la zona de los puentes, que recuerda el Ponte Vecchio de Florencia, y dejarse caer por las tascas típicas de la zona para degustar un buen vino 'bianco' y sorprenderse por los aperitivos tradicionales (eso sí, éste no es como el de la Piazza delle Erbe). Os dejamos el lugar que encontramos en nuestra escapada, más que recomendable (ése es nuestro regalo de San Valentín).