Siguiendo las pinceladas de Caravaggio por Roma

domingo, 9 de octubre de 2011







A pesar de nacer en Milán y de morir en una pequeña localidad de la Toscana (Porto Ercole), si hay alguien que puede ser considerado el pintor de Roma ése es con letras mayúsculas el genial Michelangelo Merisi da Caravaggio.
Con motivo de los 400 años de su muerte el Quirinal romano albergó en 2010 posiblemente la exposición más rigurosa que se ha celebrado nunca sobre su pintura. Pero si de verdad lo que se quiere es disfrutar y asistir desde primera fila a las tinieblas y la luz, el juego entre lo hereje y lo sagrado de este tan genial como polémico pintor no hay más que pasear y sumergirse en las numerosas iglesias de la ciudad que albergan lo mejor de su obra.
Eso vamos a tratar de hacer aquí, dar las claves y descubrir su obra para conocer un poco más a este amigo de prostitutas, músicos y todo aquello que tuviera que ver con pendencias y, sin embargo, gran mimado por papas y la nobleza de la época.

Este a día de hoy ídolo nacional de los italianos, condenado a muerte y que tuvo que huir de Roma, tuvo una prolífica vida laboral en sus apenas 38 años de vida con cerca de un centenar de obras y muchas de ellas se pueden visitar en las iglesias de la Ciudad Eterna.
Empecemos pues este recorrido por el tenebrismo y claroscuro más geniales de la historia por, sin lugar a dudas, mi favorito: San Luis de los Franceses. Una iglesia situada muy cerquita de Piazza Navona que no llama la atención en especial desde su exterior pero que alberga, al menos para mí, uno de los lugares con más encanto de Roma.




Aquí podemos contemplar en la capilla Contarelli ‘La vocación de San Mateo’ y ‘El martirio de San Mateo’, dos de las obras cumbres del juego con la luz del maestro que, incluso, a día de hoy siguen resultando todo un misterio. Si tienes suerte y no hay muchos turistas –cosa más que difícil-, es muy recomendable gastar una moneda para iluminar la capilla y admirar las obras en todo su esplendor. Allí el tiempo se para y uno puede quedar atrapado en cada detalle de los lienzos sin ser consciente del tiempo.

Tampoco debe uno perderse la basílica de San Agustín, donde puede contemplar la espléndida ‘Madonna de Loreto’, marcada por la polémica en su época ya que el pintor se inspiró para pintar a la virgen en una prostituta.

Finalmente, podemos encaminar nuestros pasos hacia la Piazza del Popolo, la considerada desde la Antigüedad y hasta bien avanzados los tiempos ‘Puerta de Roma’, para rematar nuestro recorrido por la Roma de Caravaggio en Santa María del Popolo.

Allí, en la capilla Cerasi se guardan dos tesoros como La Crucifixión de San Pedro’ y ‘La conversión de San Pablo’, un remate perfecto por la obra del genial pintor. Por si fuera poco, aquí mismo está también la capilla Chigi, diseñada por Rafael y seguro que conocida por los seguidores de Dan Brown y su ‘Angeles y Demonios’.